El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Alrededor de todo el mundo se han llevado a cabo manifestaciones de protesta en contra de la violencia machista.
En Estocolmo tendrá lugar el sábado por la mañana, en Medborgarplatsen, la instalación ”Zapatos rojos”. En la cual cada par de zapatos simboliza una mujer o una niña que ha sido víctima de femicidio. La idea viene de la artista mexicana Elina Chauvet.
La docente y activista argentina Cecilia Solá plasma en el siguiente texto la problemática de esta lacra de la sociedad que no conoce de fronteras y sigue cobrando víctimas en todo el mundo.
Por: Cecilia Solá
Sí, ya sé. A vos tu marido jamás te levantó la mano, nunca fuiste violada, jamás te acosaron sexualmente en el trabajo ni un hombre te apoyó en el colectivo. Compadecés a las mujeres que han pasado por esas situaciones, pero no te sentís identificada ni representada, no es tu realidad, a vos la violencia de género no te toca.
Dejame preguntarte algo.
¿Alguna vez tu mamá te mandó a poner la mesa mientras tu hermano seguía mirando la tele?
¿Te han dicho que te sientes como una señorita, con las piernas cerradas y los tobillos cruzados?
¿Te preguntaron si estás en "esos días" porque mandaste al carajo a un tipo?
¿Cambiaste de idea con respecto de ese vestido porque es demasiado escotado y no querés que piensen que andás provocando?
¿Has cruzado de vereda para no pasar por la esquina donde hay un grupo de hombres por temor a que te digan una grosería?
¿Tu jefe o compañeros de trabajo te dicen "mamita", "bebé" "mi amor", aún cuando saben perfectamente tu nombre?
¿Te han preguntado por qué no te has casado, por qué no querés tener hijos, o por qué tenés tantos hijos?
¿Te han llamado "loca de mierda", "yegua" "zorra" "malco" "puta"?
¿Te han dicho las cosas que te harían si te agarran cuando vas por la calle?
¿Tu novio o marido o amante se ha enojado porque no querías tener sexo?
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas o a todas es sí entonces vos también has sido víctima de la violencia de género. Ninguna de estas situaciones es natural, nada de esto es normal, aunque te digan que sí, que siempre ha sido así, que a las mujeres nos dicen cosas, nos tocan, nos humillan, nos ningunean, nos pagan menos, nos cogen cuando quieren, nos visten de rosa dior y nos desnudan a rojo sangre. Aunque te digan que no es para tanto, que no seas exagerada, que no seas histérica, que un piropo es algo deseable y halagador.
El femicidio es el acto final de una serie de micromachismos a los que nos someten desde el nacimiento, una especie de entrenamiento que nos convierte en objetos, a veces decorativos, a veces útiles, pero siempre descartables.
El miedo se disfraza de verguenza y nos acostumbramos a ser las culpadas y las culpables, para encajar- A veces , hasta somos juezas y ejecutoras de las que se atreven a sacudirse las cadenas, y son nuestros dedos las que las apuntan, traidoras a esta matrix que nos cría obedientes y standarizadas, mujeres pret-a-porter funcionales al hétero patriarca. padre, esposo, jefe, cura, Estado.
Los asesinatos de mujeres no son hechos aislados, no surgen de la nada, sino que son la consecuencia innegable e ineludible de una construcción social que sigue preguntando que hacía esa chica tomando alcohol en un boliche, o yéndose al departamento de un hombre que recién conocía, o subiendo fotos provocativas a las redes.
Aún ante los casos aberrantes de niñitas pequeñas violadas, la pregunta es "¿Y dónde estaba la madre?" No preguntan donde estaba el padre, no importa donde estaba el padre, porque el padre no es mujer.
No te engañes. Que no estés muerta, que no te hayan violado, que no te hayan golpeado, manoseado,acosado no significa que no haya violencia de género en tu vida, no quiere decir que estás haciendo las cosas como corresponde y eso te pone a salvo. Solo significa que aún no ha sido tu turno.
Cecilia Solá