La campaña internacional en contra del acoso sexual, que prendió las redes con la etiqueta #Metoo (#Yotambién) pasó de la vida virtual a vida real.
En 14 puntos de todo el país se realizaron este domingo manifestaciones de repulsa al acoso sexual, y de solidaridad con las víctimas, que son numerosas.
“La mitad de la población no está segura”, dijo la dirigenta de Iniciativa Feminista, Gudrun Schyman”, en una multitudinaria manifestación en Estocolmo, donde las mujeres dijeron: “¡Basta ya!”
Por: Marisol Aliaga
Algo bueno trajo el escándalo que se desarrollara en Hollywood, hace un tiempo atrás, cuando fuera desvelado que el poderoso productor Harvey Weinstein había cometido numerosas agresiones sexuales en contra de conocidas estrellas de la pantalla grande.
A raíz de esto, la actriz Alysa Milano (*) se propuso llevar el debate a las redes sociales. Y estas explotaron. Miles de mujeres de todo el mundo comenzaron a contar sus experiencias bajo la etiqueta #MeToo o, en español: #Yotambién.
"Si todas las mujeres que han sido víctimas de acoso o violencia sexual escriben ´Yo también´, como estado, podemos darle a la gente una idea de la magnitud del problema", escribió Milano en su cuenta de Twitter.
Un nuevo movimiento había nacido. Una suerte de grito primal de – en el caso de algunas - toda una vida de acosos.
En Suecia, las mujeres comenzaron a contar sus experiencias en las redes sociales, lo que resultó en nuevas medidas gubernamentales para combatir este problema laboral. Y también en el despido de unas cuantas personas, que, en el marco de la campaña #Metoo fueron denunciados por sus víctimas.
El primer nombre que salió a la luz fue el del popular conductor del canal 4 de televisión, Martin Timell, quien habría acosado sexualmente a una de sus colegas (o algunas). Luego de un tira y afloja que duró días y de que Timell presentara disculpas públicas a las afectadas, la dirección del canal informó que éste había sido despedido. Su programa “Por fin en casa” se suprime de la parrilla programática del canal.
Y este miércoles, el vespertino Expressen publicó, como primer medio, el nombre del “conocido columnista de Aftonbladet”, que ha figurado tanto en los medios escritos como en la red. Ya era conocido por todos, el periodista estrella de Aftonbladet, Fredrik Virtanen.
A lo que le siguió una entrevista en Aftonbladet con éste, en la que Virtanen reconoce que muchas veces se ha comportado como un rufián (skitstövel) pero que nunca hizo lo que la periodista y bloguera Cissi Wallin lo acusa: drogarla y violarla.
(Más sobre esto, en otra nota).
La televisión pública, SVT, por su parte, tampoco se ha librado de acusaciones, uno de sus animadores más populares y conocidos, Lasse Kronér, enfrenta una demanda policial por abuso sexual.
En los tres casos - se rumorea que vienen más - se llevarán a cabo investigaciones independientes e imparciales, han comunicado los jefes de redacción. Aunque, al menos en el caso de Virtanen, el hecho ya ha prescrito.
Ahora, la noticia más reciente respecto a #Metoo, es que el Museo Nórdico de Estocolmo está recopilando los testimonios de esta campaña.
- Esta es una campaña que afecta y que conmueve a muchas personas. Decimos a menudo que somos el mejor país del mundo, en igualdad de género, pero estos testimonios nos muestran que tal vez no es tan así. Y lo queremos documentar, dijo el vocero del museo, Jonas Engman, al noticiario del canal 4 de televisión.
Una documentación necesaria, a juzgar por la enorme cantidad de testimonios que las mujeres suecas (obviamente también hay víctimas hombres, pero la inmensa mayoría son mujeres) han compartido con sus congéneres, durante estos últimos días.
Desde la Ministra de Exteriores, Margot Wallström, a mujeres que se desempeñan en la gran mayoría de los rubros: de las comunicaciones (lo más visible), la política, hotelería, restaurantes, la cultura, etc, etc.
La ministra ya había contado anteriormente en una biografía que, en una cena oficial, cuando se desempeñaba como delegada sueca al Parlamento Europeo, su vecino de mesa comenzó a pasarle la mano por los muslos, debajo del largo y lujoso mantel. Ante esto, Wallström abandonó el lugar y reportó el incidente al presidente Barroso.
Sin embargo, nunca supo si el presidente de la UE había llamado a terreno al delegado manos largas.
Pero no solamente Margot Wallström, son tantas las personalidades suecas que han dado a conocer ellas también han sido abusadas, que la lista es larga, suma y sigue. Muchas mujeres que nunca reflexionaron en algo que entonces era la norma, hoy se han dado cuenta de que también fueron víctimas. Y que se quedaron calladas porque sintieron vergüenza
- Está muy bien que por fin la gente, rompa el silencio. Ahora la vergüenza se traslada a quienes se la merecen: los perpetradores. Muchos le han restado importancia tildando esto como "estadísticas exageradas", pero ahora ya no puede ignorar más, ahora es obvio lo generalizado que es este problema. No es una tendencia, es una nueva era. Ahora incluso el más cínico de los sexistas ve que su reputación se viene abajo, si se comporta de esta forma, dijo al matutino Svenska Dagbladet la experta en Retórica Elaine Eksvärd.
Ella quisiera que la gente tenga el valor moral de no aceptar los comentarios sexistas, por ejemplo, en el trabajo. Quiere “que se acabe la cultura del silencio. Porque quienes callan también forman parte del abuso y del acoso”, dice ella, tomando su propio caso como ejemplo: fue abusada sexualmente cuando niña, y entonces no tuvo el apoyo de nadie.
- Si todas las personas se lo propusieran, podríamos poner fin a los abusos. Tenemos que terminar con esta cultura del silencio, para que no alcance a las generaciones futuras. Nuestra generación tal vez ya esté perdida, durante años sazonada en el sexismo, pero los que son niños hoy en día, son el futuro. Debemos poner fin a esto ahora para que no contagie el futuro, subrayó.
Imagen de la manifestación en la plaza de Sergel, en Estocolmo. Foto: Facebook.
(*) Para ser más exactos, la primera que comenzó esta campaña – hace 10 años atrás – fue la activista norteamericana Tarana Burke.
- Metoo es una forma poderosa de mostrar empatía por alguien, dijo, en una entrevista en el programa televisivo Agenda, este domingo.
Tarana Burke ha trabajado durante años por la justicia social. El movimiento que fundó, Metoo, se dirigió en un comienzo a mujeres jóvenes que habían sufrido distintos tipos de abusos sexuales.